Son prendas de calzado aparentemente normales, aunque en su interior llevan un pequeño transmisor de localización que permite tener ubicado en todo momento al paciente y encontrarle si se desorienta.
Los zapatos están fabricados por Aetrex, una empresa de calzado que colabora con la compañía GTX Corp., una marca de electrónica que instala los dispositivos para dejar el calzado listo para su uso.
La tecnología de los transmisores permite tener ubicado al paciente con un margen de error de nueve metros en cualquier parte del mundo.
Los nuevos zapatos son el resultado de un proyecto de investigación que ha contado con el asesoramiento de la universidad George Mason norteamericana, cuyas conclusiones propiciaron la solución de instalar los receptores-transmisores en los zapatos. "El 60% de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer se ven implicados en un caso de desorientación y pérdida", afirma Andrew Carle, profesor del centro académico. "Camuflar el GPS a los zapatos es una idea de gran importancia, porque los enfermos tienden a despojarse de todo objeto que no les sea familiar. Además, vestirse es uno de los últimos hábitos que se pierden".
El invento permitiría aplicar una "barrera virtual" que alertara cuando el enfermo sobrepasara unos límites previamente figados en el programa de seguimiento, que se podría instalar en un ordenador de sobremesa, en un portátil o incluso en una PDA con GPS e internet.
Éste es uno de los casos en que se aplicaría una terapia o solución que, más que ayudar al paciente, es un importante alivio para las familias y los cuidadores, a los que se reduciría considerablemente el nivel de tensión y estrés ante el temor de perder de vista al enfermo.
De momento, los zapatos con GPS no están disponibles comercialmente, aunque se espera canalizar la venta a partir del primer trimestre de 2010.
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